Relojes para blogs web plantillas curriculum vitae

domingo, 20 de enero de 2013

Mi cuento (Clara)



                                   LA CALLE MISTERIOSA

       -¡Bien, ya hemos llegado! - exclamó Claudia con una sonrisa de oreja a oreja.
Claudia era una adolescente alta, delgada con ojos verdes y el pelo de color castaño y rizado. Era tímida y un poco insociable con los demás. Ella y su familia se habían mudado a Madrid, sus primeras impresiones del lugar en el que estaban fueron impresionantes. La Calle era muy larga y bastante ancha con árboles en ambos lados. Estaba en buen estado, muy limpia y ordenada con diversas tiendas y comercios a lo largo de la calle.
Claudia y su padres miraron a todos los edificios del siglo XIX y XX que les rodeaban.

Al entrar en el antiguo portal del edificio donde se situaba su piso encontraron a una anciana bajita y rellenita con un diente de oro y un ojo de cristal que según los vecinos predecía el futuro.
-Vosotros sois los nuevos, ¿No? - preguntó con cara de interesante.
-Sí... bueno, que pase un buen día. - respondió la madre.
- Gracias aunque aquí pasaran cosas extrañas, cosas muy extrañas. - susurró la anciana y con eso salió a la calle.
Subieron las numerosas escaleras con las seis maletas y en la segunda planta les saludó un chico joven llamado Liam que hablaba de una manera rara y parecía una persona seria.
Llegaron por fin (cansados y hartos) a su piso en la cuarta planta y después de estar media hora intentando abrir la puerta con la llave oxidada entraron a su piso nuevo. Estaba todo oscuro con las persianas bajadas y  con polvo por todas partes. No parecía un sitio muy agradable.
Los padres de Claudia se pusieron a limpiar y ordenar todo, colocando sus objetos personales y muebles en las diferentes habitaciones. Cada vez parecía más como un lugar familiar.
             Estaban pintando las paredes del salón cuando de repente se oyó un chillido. Salieron a la entrada de la puerta y vieron a la anciana que les saludó anteriormente.
-¿Has oído ese grito? - preguntó Claudia, un poco confusa.
- Yo no he oído nada en absoluto. - le contestó y subió las escaleras tranquilamente.
Al día siguiente llamaron a la puerta, era un vecino del 1º izquierda.
-Siento molestarles pero, ¿Habéis visto a mi hijo, Niall? Despareció ayer y ya es la sexta vez que desaparece alguien en esta calle. - dijo preocupadamente el señor.
-Lo sentimos mucho pero no le hemos visto. Aunque ahora que lo mencionas, ayer oímos un chillido. - le contó la madre.
Pasaron unos días y cada día desaparecieron mas y mas personas a lo largo de toda la calle, tanto adultos como niños. Ya quedaban pocas personas en los edificios y ellos no se atrevían a salir fuera, ya no era la maravillosa calle de antes con el buen ambiente que siempre había tenido. Era realmente triste y deprimente verlo así. Esto parecía una pesadilla o una película de terror. ¿Cómo podía ser cierto? ¿No se hubieran ido algunos los desaparecidos de vacaciones?
       








      Una noche, cuando las personas restantes soñaban y dormían profundamente apareció una luz que iba señalando las ventanas de todos. Aparecieron cuatro figuras en la oscuridad que entraron a una casa sin que nadie se diese cuenta y salieron de allí con alguien en brazos. Claudia lo vio todo desde su ventana y fue a llamar a la policía, cogió su móvil y marcó el numero a toda velocidad cuando notó algo moverse en la habitación. Se dio la vuelta y allí estaba una sombra, suya no era y de sus padres tampoco. Se acercaba cada vez mas y Claudia le reconoció en seguida... era el vecino que les saludo el primer día, Liam. Sacó un objeto brillante por lo que parecía un cuchillo afilado. Claudia gritó con miedo y con eso Liam le lanzó el cuchillo.
Ya no quedaba nadie en esa calle, ahora solo era la parte deshabitada de la ciudad donde ningún ser humano se atrevía a pasar por allí. Había rumores que los fantasmas de los muertos se veían  paseándose por la noche queriendo vengarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario